Tres puntos de sutura y ¡a Mestalla!

Un poquito de Orbaiz, otro poquito de Aduriz y mucho coraje, a veces demasiado. Eso es el Athletic de hoy en día. Sin Yeste, Etxebe, ni Tiko no hay quien ponga calidad y lo que ayer se vio en San Mamés fue un equipo desbordado, psicológicamente roto y sólo aferrado a esa casta que caracteriza a los equipos de Clemente. No sé aún si carne de Segunda, pero va a sudar tinta para salvarse, porque ayer me pareció el equipo más flojo de Primera división, con una defensa de plastilina. Eso sí, muerden y juegan al límite del reglamento.
El Madrid hizo su partido, con viento a favor tras el primer gol de Robinho, tras precioso pase de Zizou -el que no jugó en Zaragoza-. Pero el fútbol de los blancos tampoco fue del otro mundo. Tuvo poquísima pegada con todas los ocasiones que le regalaron. A Robinho, que le ha cogido gustito al Athletic, se le apagó la luz rematadora después de su gol; Ronaldo está a años luz de Ronaldo y Cicinho -que también faltó en Zaragoza- tuvo menos presencia jugando de Beckham que haciéndolo de lateral. Sentenció ¡Raúl Bravo! en el descuento. Los blancos sumaron, eso sí, los tres puntos, que son de sutura después del descosido copero, y, sobre todo, que consideran un trampolín porque después de lo de ayer, su partido se juega esta noche en Mestalla. Ahora se aferran a la victoria del Valencia para seguir soñando con la Liga.