Buscando 'DelBosques'

Cruzaron el charco para restregarnos sus currículos y para demostrarnos que los títulos de antaño alimentan 'egos', pero no garantizan resultados. Le ocurrió a Luxemburgo y también a Bianchi. No supieron manejar el entorno, transmitieron una imagen de prepotencia que no les corresponde, pero cuando se les 'tocaban las tácticas', sus resortes tiraban de la peor frase posible: ¿Usted sabe lo que yo he ganado en mi país?.
El fútbol español les ha puesto en su sitio y en su lugar están ahora López Caro y Pepe Murcia, motivos fundados para una reflexión. Son técnicos interinos, en busca de un futuro mejor. El del Madrid dicen que Fabio Capello. El del Atlético se llama Javier Aguirre, ya comprometido para la próxima temporada. Dos de los tres grandes de nuestro fútbol en manos de técnicos de la casa. Efecto Del Bosque.
Curiosamente Patxi Izco reconoció hace no mucho en TVE que había negociado con el técnico salmantino, para tener la mejor alternativa en caso de que Aguirre decidiera marcharse. Parece que Vicente volverá a trabajar pronto, pero lo que sí es seguro es que ya no hay equipo que se precie que no necesite un 'DelBosque", cuya anuncio por palabras sería algo así como 'prototipo de entrenador de la casa, profundo conocedor de la cantera, de grandes conocimientos futbolísticos y de la idiosincrasia de su club, con personalidad abierta, preparado para tomar las riendas en momentos de crisis y con serias posibilidades de permanecer, en función de resultados'.
El problema es que Del Bosque, lo que se dice Del Bosque, no hay más que uno. Es imposible tener más carisma sin buscarlo o quizá lo tiene porque no lo busca...