Roberto Palomar

El Club Internacional de la Prensa ha otorgado sus premios anuales. Entre ellos ha concedido un premio en categoría de Prensa escrita a Roberto Palomar Fernández, el redactor jefe de Marca, por la "crónica de la vida" que hace a través del periodismo deportivo. Mientras algún indeseable esperaba una avalancha en el Aconcagua, Roberto se enteraba de que había sido premiado. Se lo tomó como si nada, tan sencillo, tan natural como alguien que va por la vida con sus zapatillas de deporte, peinando canas, huyendo de las corbatas y de los reconocimientos. Roberto es un bendito, un loco del periodismo auténtico, de contar cosas ya sea en las colas del Bernabéu, en el Everest, en el Dakar, en el Aconcagua, en el Bernabéu o desde la redacción. Su secreto es ser sencillo, directo, fiel y amigo a su manera. Siempre sabes que está.
Roberto no tiene cuento, sólo vive para ver si su hijo Hugo empieza a parecerse a su hermano Paco jugando al fútbol, compartir un rato con sus 'chicas', Cristina y la niña o para sacar pecho hablando de 'su' Olmedo -a ver si le ponen una calle de una vez-.
Su felicidad es escribir todos los días, ése es el mejor premio que podrían darle a él y a sus lectores. No tengo nada que ver con ese premio, conseguido por su trabajo en 2005. Pero me alegro, aunque sea por verle en una foto con corbata. En el 'espíritu de Palomar', quizá esté el secreto de alguna remontada...