La solución es Wenger, pero con plenos poderes

El madridismo no salió ayer indignado del Bernabéu, que sería lo normal. Salió frustrado, como si los días de gloria fueran cosa del pasado. El problema no es que el Barcelona te baile en tu campo y que tu afición le aplauda. Es más grave que el equipo no haya jugado nada bien en toda la temporada y no me vale eso de que "estamos clasificados en Champions y a sólo cuatro puntos del líder en la Liga". El problema no es coyuntural, es estructural.
Florentino que una vez soñó con un Madrid lleno de estrellas y cantera, debe escuchar -pero con los oídos bien abiertos- a los que más años llevan en esto del fútbol. Lo fácil es apagar los ecos renovando a Casillas, a Helguera y fichar a tres jugadores nuevos en el mercado invernal. Pan para hoy y sin títulos otro año.
Lo difícil es reconstruir el proyecto.
Mi opinión es que el Madrid debería arreglar los problemas con un plan. Necesita un entrenador con una idea de fútbol moderna y transgresora (Wenger). En torno a su figura, como técnico y manager a la inglesa, crear una cantera mucho más fuerte, donde los mejores jóvenes del mundo sepan que tienen cobijo (como ha hecho el Arsenal, como hace el Barça), tener en sus filas a los mejores jugadores españoles (Joaquín y Reyes) y ponerle las guindas de estrellas mundiales consagradas, pero no decadentes (Thierry Henry). Esto obligará a tomar decisiones complicadas, pero necesarias. El Madrid necesita jugadores con hambre y que se vean rodeados de un ambiente ganador. Ramos y Robinho, por ejemplo, parecen dos puntos peores de lo que realmente son. Lo mismo le pasó al admirado Ronaldinho en un equipo decadente como el PSG.
Los aplausos del Bernabéu a Ronaldinho son la mejor sirena... para el que sepa oir claro.