El hambre del Chelsea

El Chelsea tiene hambre de Champions y se le nota. No es que la Premier no importe. Es que ya nadie duda de que en la Liga inglesa no tiene rival. Cuenta sus partidos por victorias y demuestra una superioridad insultante.

José Mourinho, el mejor técnico del mundo, tiene engrasada su máquina azul. Maneja los minutos de los jugadores con solvencia. Tiene recambios en todos los puestos y muere con su idea de fútbol. Antes de empezar la temporada, recibió una llamada de Abramovich -le llama casi todos los días- en la que el ruso le decía: "quieres que te fiche a Shevchenko". Cualquier otro entrenador del mundo se hubiera derretido. Mourinho se mantuvo frío. Prefiere un equipo a un elenco de estrellas. "No es lo que necesitamos para ganarlo todo. Fiche a Essien". Prefería un todocampista, un complemento ideal a Makelele para dejar volar a Lampard y un arma letal a la hora de lanzar el contragolpe. Abramovich, como dice su afición, es 'jodidamente rico', pero es lo suficientemente listo para dejar el fútbol en manos del que sabe, y ése es Mourinho.

El Chelsea tiene hambre de campeón y es 'jodidamente' superior a todos, hoy por hoy.