sábado, noviembre 05, 2005

MIS PERFILES: JOAQUÍN CAPARRÓS

Este es el tercer perfil que publiqué este verano en 'El Periódico de Cataluña' y en todos los diarios del Grupo Zeta.


Con la música a Riazor

La música a toda potencia resuena en los vestuarios del Deportivo, un vestuario empapelado por carteles que ha colocado el nuevo entrenador. Cuentan desde dentro que la música es cañera y que los carteles incitan, motivan, anuncian la llegada de un partido importante, como el del Newcastle en la Copa Intertoto: “Los equipos grandes son los que se saben levantar”, se puede leer en uno de ellos. Semana de arenga, ambiente prebélico-futbolístico. El sello Caparrós se ha instaurado en La Coruña para rememorar la época dorada que el Deportivo ha disfrutado en los últimos años de la mano de Javier Irureta. Augusto César Lendoiro ha apostado por el hombre que saca petróleo de lo que tiene.

Vive el fútbol con una intensidad galopante, el mismo sello que imprime a todos sus equipos. Joaquín Caparrós Camino lo dejó todo para ser entrenador de fútbol, dejó su puesto de funcionario en un pueblo de Cuenca y a nadie le sorprendió. Su vida era el fútbol. Cuando uno se asoma a su historial, descubre a un hombre forjado a sí mismo en los modestos campos del Campillo, Montilla, Alcázar, Conquense, Manzanares o Moraló. Atrás quedaban los años como jugador en la cantera del Real Madrid y Castilla. Su paso por la élite empezó a ver la luz en el Decano del fútbol español, el Recre. Aunque su corazón es de la ciudad que le vio nacer, Utrera, es de los hombres que le cogen cariño a las ciudades por las que su vida deportiva transita. En Huelva subió al equipo a Segunda. Se convirtió en un devoto de Nuestra Señora de la Cinta y llegó a Rey Baltasar. Corría el año 1999 y Caparrós ya había conseguido forjarse la leyenda como entrenador que aún le persigue: serio, disciplinado, obseso de la capacidad de trabajo y del orden táctico.

También sabe los reveses que el fútbol depara a los técnicos cuando los presidentes impacientes se dejan llevar por su vena forofa. Le ocurrió en el Villarreal, donde sólo duró siete jornadas. Ha sido su único gran mazazo como técnico.

Como no hay mal que por bien no venga, aquella afrenta en el pequeño pueblo de Castellón le abrió las puertas del Sevilla, donde llegó en la temporada 2000-2001, con el histórico club en Segunda división. Le subió a Primera con honores cuando aún faltaban tres jornadas para el final de la temporada y no paró hasta que logró el sueño de devolverlo a Europa. Supo sacar petróleo de la plantilla sevillista y, sobre todo, de su cantera. Disparó al estrellato a jugadores jóvenes. Fue el primero en dar la oportunidad a José Antonio Reyes, el otro orgullo de Utrera, a Paco Gallardo, a Sergio Ramos, a Jesús Navas y conformó con Monchi una de las parejas de moda en los últimos años del fútbol español.

Lejos de los tradicionales piques entre director deportivo y entrenador, Joaquín Caparrós y Monchi hicieron piña siempre y consiguieron que el Sevilla se convirtiese en el equipo que ha fichado mejor en los últimos años en el fútbol español. Lejos de hacerlo a golpe de talonario, lo consiguieron a golpe de talento. El mejor ejemplo es el de Julio Baptista, reciente fichaje del Real Madrid. Monchi se lo trajo a Caparrós por sólo tres millones de euros del Sao Paulo (el Madrid va a pagar entre 20 y 25). Le vendieron como el nuevo Mauro Silva. El ojo de Caparrós descubrió en Baptista a un excelente llegador, trabajó su polivalencia hasta convertirle en el excelente goleador que es. “Lo he llegado a pasar muy mal”, confesó Monchi cuando su amigo Joaquín Caparrós le dijo que su etapa en el Sevilla había llegado a su fin. Algunos, como Jesús Navas, confesó lo que muchos chavales de la cantera pensaban: “Si Reyes es mi ídolo, Caparrós es mi padre”.


En La Coruña se esperaban a un trabajador empedernido, pero hasta la plantilla del Deportivo ha tenido que parar los pies a su nuevo técnico. Sabido es que el vestuario del Depor nunca ha sido demasiado unido. Caparrós llegó y pidió instaurar una cena semanal para fomentar el roce. Los jugadores consiguieron que cediera y se convirtiera en una cena mensual. Hasta ese día, el técnico ya había logrado casi todo lo que se había propuesto. Obligó a los jugadores a dormir en habitaciones compartidas y no individuales, como lo habían hecho los últimos años. Y se marcó una auténtica cruzada contra los ‘kilos’ de más. La báscula se ha convertido en la gran protagonista de la pretemporada blanquiazul. Caparrós ha conseguido que Tristán, Duscher y Sergio, por ejemplo, bajen más de cinco kilos. Tiene prohibido a sus jugadores beber cualquier bebida gaseosa, nada de Coca Cola, Fanta ni Casera. Lo máximo es una cerveza en todo el día. Promueve la dieta disociada, en la que no se mezclan proteínas con hidratos de carbono. Para facilitar a la plantilla su seguimiento ha conseguido que los jugadores tengan todos los días de la semana un menú de diez euros en el restaurante del club en el que se siguen al dedillo las consignas del entrenador.


La plantilla deportivista se va haciendo cada día al 4-4-2 que siempre propugnó y se sorprenden al comprobar el grado de agresividad que exige su nuevo técnico. A Caparrós le gusta que sus equipos jueguen al límite. No hay concesiones al rival, ni siquiera a la hora de levantar a un rival que se ha quedado tendido en el suelo. Valerón ya se ha llevado alguna buena bronca por sacar a relucir la buena persona que lleva dentro. “Cuando se juega, se va a por todas. No hay concesiones”.
Caparrós no va a regalar nada en el campo. Fuera de él, sacará a pasear su buen corazón, recordará con cariño aquellas primeras botas que Juan Arza, áquel mito del sevillismo, le regaló. Bromeará con los que le dicen que tiene un parecido razonable a Michael Keaton y se enfadará si alguien se le acerca con algo amarillo. Es supersticioso hasta la médula. En la cabeza, siempre el próximo partido. Ya prepara la música que, a toda potencia, también acompaña a su equipo en el autobús.

6 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Excelente post, Elías. Estas semblanzas que haces de vez en cuando son magníficas.

08 noviembre, 2005 16:46  
Anonymous Anónimo said...

Pelotudo dedicate a hacerte la paja antes de escrir una pagina. No le recomiendo ni por putas que lean esta mierda

04 octubre, 2006 21:15  
Anonymous Anónimo said...

Soy seguidor de Caparrós desde hace mas bien poco, pero suficiente tiempo para engancharme al modelo de trabajo de este hombre que demuestra que con trabajo, seas quien seas puedes llegar a ser algo, y dicho ejemplo no solo sirve para los equipos de fútbol sino para la vida diaria de la gente. Para este segundo comentario, la persona cobarde que suele escribirlo pone su nombre como anónimo. Un artículo muy bueno para poder saber más sobre Joaquín Keaton.

18 julio, 2007 16:41  
Anonymous Anónimo said...

Caparrós!! Menudo pedazo de hijo de la gran puta!!!

Forza Depor! Riazor Blues!

17 diciembre, 2008 23:29  
Anonymous Anónimo said...

Tonto no sebeis de futbol capullos

21 julio, 2012 01:03  
Anonymous Anónimo said...

Jilipolla dedicate a chupar pollas en ve de comentar cosas de futbol so tonto

21 julio, 2012 01:09  

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