Hasta 'el pito'

Los árbitros, por fin, han dado la cara. Iturralde, Undiano y Pérez Burrull se han puesto delante de los micrófonos y han gritado que necesitan más comprensión y menos críticas, que empiezan a no soportar que sus hijos también sean insultados en sus colegios. Hace tres años tuve ocasión de dar una charla a todos los árbitros y asistentes de Primera y Segunda. Estuve muy duro con ellos, especialmente por no salir a dar la cara, aunque sea para admitir errores, que es la mejor manera de que se perdonen. Ellos saben que no son infalibles, pero no soportan que se dude de su honestidad. El deporte nacional es que cuando las cosas salen mal, echarle la culpa al más débil.

Necesitan que las campañas de los clubes, especialmente bochornosa la del Real Madrid en sus conductos oficiales, se acaben de una vez. Mi teoría es que los árbitros están a la altura de la competición y nuestra Liga está dejando bastante que desear en estas siete jornadas. Muchos equipos están haciendo las cosas mal cuando entre los cuatro primeros clasificados y con todo merecimiento, están, además del Madrid, Osasuna, Getafe y Celta. Fútbol se ha visto más bien poco.

Los árbitros se equivocan como los jugadores, como los entrenadores. Es cierto que sus dirigentes y los de la Federación viven instalados en unos códigos de hace treinta años. El respeto sólo se puede ganar haciendo más cercanos y más palpables los sentimientos de esos maltratados personajes del fútbol que son los árbitros.